viernes, 10 de octubre de 2008

Visita ILKU 2.0

El Jueves 2 de Octubre visitamos por segunda vez ILKU. Como habíamos planteado en el informe de investigación previa, uno de los puntos que destacamos fue la tendencia que existe por el reciclaje o la reutilización de materiales en el diseño. Como notamos en nuestra primera visita a la microempresa, en ILKU existía gran cantidad de retazos, tanto de fierro y lata como de acrílico.

Lo que no consultamos esa vez fue el qué se hacía con ellos. Simplemente constatamos que existían numerosos retazos. Por ello fue que realizamos esta segunda visita, para preguntar con mayor detalle sobre los retazos y ver si de alguna u otra forma podíamos aplicar el reciclaje en el diseño de nuestra luminaria. Buscábamos algunos retazos que ojalá tuviesen un tamaño más menos grande y de dimensiones estándar (quizás que de la plancha se cortara una sección de algún tamaño específico para cierta luminaria, y el pedazo que sobrara fuera siempre del mismo porte).

Fuimos atendidos por uno de los trabajadores de ILKU. Él nos hizo un pequeño recorrido para ir viendo el tema de los retazos. Primero nos mostró las “rumas de basura” que se juntan con los materiales de desecho. Nos sorprendió que el tamaño de esta montaña de basura era mínima. Como pudimos comprobar después, el motivo de que los desechos fueran tan pocos es que ILKU aprovecha al máximo sus materiales. Todos los retazos de lata que habíamos visto en la primera visita resultaron ser utilizados casi en un cien por ciento por la empresa. El hecho es que con una placa pequeña de lata se pueden fabricar gran cantidad de piezas de muy reducido tamaño (unos 3x1 cm.), que se van guardando en cajas y que sirven en la fabricación de las luminarias. Estas pequeñas piezas se utilizan para ajustar el cableado eléctrico, agregarse como puntos de soldadura, “ganchos” u otros fines en las lámparas que se fabrican. Por ello, el reciclaje, al menos desde el lado de la lata, se ve poco aplicable ya que en el fondo cualquier pedazo que sobre de lata se aprovecha.

Además de esto, los tamaños eran todos distintos, no existía algún retazo estándar. En general eran de pequeño tamaño, y sus formas dependían de cómo se acomodaran las formas a cortar dentro de la lámina inicial, ya que se tiene cierta forma a cortar y esta se va acomodando en la lámina hasta que se encuentre la disposición que permita maximizar piezas cortadas por lámina.

Con el fierro ocurría algo parecido, y los retazos que quedaban para desecho eran tan pequeños que no valía la pena, sobretodo viéndolo del punto de vista del factor humano, ya que cuesta mucho, quita tiempo y se hace muy tedioso el trabajar con cientos de piezas pequeñas para llegar a una forma de mayor tamaño. Descartado también el fierro.

Nos quedaba el acrílico. Con el acrílico pudimos rescatar más. Hay trozos relativamente grandes de acrílico que quedan como retazos, y que simplemente se botan. Esto ya que sus dimensiones no son las adecuadas para utilizarse en alguna de las luminarias que se fabrican, y ante esto el retazo se desecha.

Aquí encontramos una oportunidad interesante de reciclaje, ya que los retazos del acrílico no son pequeños y perfectamente podrían utilizarse en algún diseño que realicemos. Con esto ayudaremos a ILKU a ahorrar en materiales y a despejar también sus espacios, al utilizar los retazos que se van acumulando en las despensas y estantes de la Mipe.

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