La semana pasada visitamos Ilku, la empresa con la cual trabajaremos. Debo decir que la primera impresión fue bastante poco alentadora. La fachada del edificio estaba deteriorada y no se veía para nada cuidado el lugar. Pero por suerte esa impresión cambió cuando entramos a la empresa.
Entramos al hall, donde se exhiben los productos que Ilku produce, y ahí nos atendió la dueña, la señora Lucía Celedón, que nos fue contando un poco sobre la empresa, sus características y sus proyecciones, además de responder las preguntas que no parábamos de hacer. Muy cordial y sincera, sin inventar datos para agrandarse ni nada, las cosas tal cual eran.
Con esta conversación, lo primero que descubrimos es que Ilku realmente era más pequeña de lo que pensábamos, ya que contaba con un personal muy reducido. Son la dueña, su secretaria, y sólo 3 trabajadores que se dedican a la manufactura de las luminarias, ayudados por un alumno en práctica que se dedica al cableado e instalación eléctrica.
Una vez terminada esa introducción a la realidad de la empresa, pasamos a conocer sus instalaciones, personal, maquinaria y procesos. Lucía nos mostró cada rincón de Ilku, y luego nos dejó compartir con los trabajadores. Fue muy grato ver la gran disposición de estas personas para mostrarnos su trabajo y enseñarnos los procesos que utilizan en la fabricación de los productos. En general, eran hombres de avanzada edad, que sabían el oficio más que nada por los años de experiencia. Casi todos llevaban más de 30 años trabajando en Ilku, desde que la empresa estaba ubicada en otros lados. Nos contaban que antes el personal humano era mucho más numeroso, pero que con los años la cantidad ha bajado hasta llegar a las 6 personas que están actualmente. Eso nos muestra lo dura y aproblemada que resulta la competitividad para una PYME, que en verdad más que PYME es una microempresa.
En los tiempos de mayor gente, había mas especialización y trabajo en serie. Cada operario se dedicaba a lo suyo y la fabricación era más expedita y en mayor cantidad. Hoy, al ser tan pocos trabajando, han debido aprender la totalidad de los procesos, y dedicarse a todo. Ya no son especialistas en un solo proceso, sino que manejas todas las máquinas y procedimientos involucrados en la fabricación de las luminarias, haciéndose menos dependientes unos de otros.
Ilku trabaja a pedido, y sus clientes son mayoritariamente fuera de la quinta región, especialmente del sur. Son clientes que tienen por años, y con quienes han desarrollado una relación de confianza, al nivel de que sus productos no tienen siquiera garantía, ya que su calidad está probada. Esto ha hecho que se corra la voz y que Ilku tenga una cantidad de “usuarios frecuentes”, que son los que les dan casi la totalidad de su producción.
Importante también saber cómo sobrevive Ilku frente a la gran competencia que significan Homecenter o Easy, que importan productos parecidos a los que produce Ilku desde China principalmente. La clave para Ilku es la calidad de sus luminarias. “Si el cliente busca calidad, me busca a mí”, según palabras de la propia Lucía. Y es verdad, ya que Ilku sólo trabaja con fierro y latón para fabricar sus luminarias, que son mucho más durables que el plástico con que se fabrican las chinas. Además, los diseños de Ilku son flexibles, y pueden adecuarse si el cliente así lo requiere, dentro de las limitaciones de los procesos de producción de la empresa.
El fuerte de Ilku son los faroles y, en general, las luminarias para exterior (jardines, plazas, etc.). Esta es justamente el área que nosotros vamos a trabajar, el espacio habitable exterior. ¿Pero “exterior” solamente significa jardines y plazas? Eso lo definiremos pronto. Por ahora estamos investigando distintos puntos que nos darán una visión más global de lo que es el mundo de las inmobiliarias y constructoras, de qué es lo que busca el usuario que va a comprar un inmueble y descubrir referentes, tendencias y nuevas tecnologías en iluminación que nos puedan servir al momento de innovar y crear un nuevo producto que se pueda fabricar con los procesos y presupuestos que Ilku maneja.
Fue una buena experiencia, que nos sirvió para conocer la realidad de lo que es administrar una empresa pequeña, interiorizarnos de los procesos de manufactura, conocer sus ventajas y limitaciones, y nos sirvió sobretodo para ir definiendo lo que podremos realizar a futuro como proyecto, teniendo ya una idea de lo que podemos y lo que no podemos hacer con los que Ilku nos ofrece y lo que la empresa también está dispuesta a arriesgar.
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